La Plaza de Toros de La Maestranza de Sevilla fue construida entre 1761 y 1881. Es, considerada, junto con Las Ventas de Madrid, una de las más importante de España con una capacidad para 12.500 localidades y es la plaza con mayor tradición taurina en España. La Puerta Este del edificio es la llamada Puerta del Príncipe, a través de la cual sólo a los más exitosos toreros se les permite salir directamente de la Arena. Los menos afortunados acaban en la enfermería de la plaza, la cual se sitúa en la puerta contigua a la del Museo. Éste detalla la historia de las corridas de toros en Sevilla. la primera vez que en Sevilla se cortó una oreja tuvo lugar en la corrida celebrada en el coso maestrante durante la Feria de San Miguel de 1915 y el protagonista fue Joselito el Gallo.
La Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla es la sede de las corridas de toros que se realizan en la ciudad de Sevilla, teniendo especial relevancia para los aficionados, las que se celebran durante la Feria de Abril. Es apodada popularmente como la "Catedral del Toreo"
Un elemento fundamental es el traje de luces que es la indumentaria que visten los toreros en las corridas de toros. Su nombre procede de los reflejos que producen las lentejuelas que lo cubren, está fabricado en seda y cubierto de color oro o plata.
Se trata de una vestimenta tradicional que procede del traje de los majos de finales del siglo XVIII y que acabó convirtiéndose en una ropa exclusiva para ejercer el ritual taurino. Con posterioridad le fueron añadidos diversos adornos, como la montera, los bordados y los alamares. La evolución del traje de luces desde la publicación de "La Cartilla" hasta nuestros días ha sido considerable, pero en los dos últimos siglos la variación ha sido mínima, tan sólo ha cambiado la ornamentación. Del coleto y calzón de antes que se utilizaba en el siglo XVIII y un correón ancho de cuerpo para proteger el vientre, ha pasado al vestido de luces actual, de seda, con bordados en oro y plata. A principios del siglo XVIII no había ninguna norma establecida en la vestimenta de los toreros.
Se trata de una vestimenta tradicional que procede del traje de los majos de finales del siglo XVIII y que acabó convirtiéndose en una ropa exclusiva para ejercer el ritual taurino. Con posterioridad le fueron añadidos diversos adornos, como la montera, los bordados y los alamares. La evolución del traje de luces desde la publicación de "La Cartilla" hasta nuestros días ha sido considerable, pero en los dos últimos siglos la variación ha sido mínima, tan sólo ha cambiado la ornamentación. Del coleto y calzón de antes que se utilizaba en el siglo XVIII y un correón ancho de cuerpo para proteger el vientre, ha pasado al vestido de luces actual, de seda, con bordados en oro y plata. A principios del siglo XVIII no había ninguna norma establecida en la vestimenta de los toreros.
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